viernes, 9 de mayo de 2008

¡¡Bendita Internet!!

Razón llevaba aquel que dijo aquello de que no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes. Y es que esta tarde/noche ha sido bastante desesperante. ¿La razón? Algo de primeras tan simple como que hubiera una incidencia masiva (según Orange), en el servicio de internet, que nos ha privado de conexión durante casi 6 horas. ¡¡6 horas!! (Sí, lo reconozco, nos hemos vuelto unos adictos a Internet).

Esta tarde, después de verme el preceptivo capítulo de Las Vegas mientras tomaba la preceptiva taza de café para combatir el sueño (que de poco me sirvió, por cierto), voy a echar mano del podcast del móvil, y me da un error. Mosqueado, me da por mirar el router, y ¡oh, terror!, no aparecen ni las DNS ni la Puerta de Enlace. Un reset normalmente soluciona este asunto, pero no... esta vez estaba más que claro, ¡¡había petado internet!! Mierda mierda mierda... Pues nada, habrá que llamar al SAT...

Llamadita al 902 de Orange (no pueden poner un número de des-atención gratuíto no... tiene que ser un 902), y a mantener una de las conversaciones de besugos más grandes que he tenido con alguien de un SAT...

- Sí mire, le llamo para informar de una avería en el servicio de internet.
- Sí, dígame, ¿qué router tiene?
- Un Comtrend... (me imaginaba ya la siguiente respuesta).
- Uy... es que para ese tipo de router no damos soporte...
- Sí mira, es que no quiero soporte, no lo necesito. Llamo para informar de una avería, en la línea, porque el router sincroniza, me da velocidad de subida y de bajada, pero no me da ni puerta de enlace, ni dns ni nada...
- Ya, pero es que si no tiene el router de Orange, pues yo no le puedo hacer nada.
- Pero vamos a ver, le estoy diciendo que no funciona internet, que es un fallo de la línea.
- Sí, pero es que sin el router de Orange, pues no puedo hacer nada.
- Pero a ver, solo le estoy informando de que hay una avería EN LA LÍNEA, para que tomen nota y vayan a solucionarlo.
- Ya, pero yo no puedo abrir una incidencia si usted no tiene el router...

Total, que al final poco faltó para que le mandara a la mierda. Que no había forma. O tenía puesto el puñetero router de Orange, o no había ni incidencia, ni historias, por lo tanto, oficialmente, tampoco habría avería. Pues nada... a rebuscar entre todos los aparatejos que hay por casa el puñetero router, su fuente de alimentación, etc... Al final, después de montarlo todo, vuelvo a llamar al SAT, y curiosamente, la misma persona.

- Sí mira, te llamo para informar de una avería.
- ¿Qué router tiene?
- El router bla bla bla de Orange.
- Muy bien. ¿Me puede decir qué luces tiene encendidas? (Pregunta de Barrio Sésamo)
- Sí, todas menos la de Internet. Vamos, que sincroniza, pero no da señal...
- Uy... pues es que eso va a ser un problema de la línea, ¿eh?

Aquí no me di de cabezazos contra la pared o me tiré por el balcón pues no sé muy bien por qué. Total, que al final me pasan con un superior, y me dijo que había una incidencia generalizada en la central de Valladolid que nos proveía de servicio (vamos, que alguien había toqueteado más de la cuenta y se lo había cargado todo), y que bueno, que cuando se restableciera el servicio, pues que nos avisarían. Que tomaba nota para suspender la facturación (la llevaban clara si no llegan a decirlo), y bueno, pues que no podía hacer más...

¡Qué desesperación a la hora de la cena! Pones la tele, y absolutamente nada. Piensas, voy a ver en la web de El Mundo qué echan hoy en la tele. Ah no... que no hay internet. Bueno, pues voy a ver el Ikariam. Ah no, que no hay internet. Bueno, pues voy a ver qué se cuece por Tranvía. Ah no, que no hay internet... ¡Y así todo!

Es en esos momentos, cuando te das cuenta de lo supeditado, de lo enganchado, de lo necesario que se ha convertido para tu día a día el tener una puñetera conexión a internet.

Es triste ¿verdad? Pero es así... manda narices. ¡Quién nos lo iba a decir!.

Y emulando al Azarías de Los Santos Inocentes, me vais a permitir... Internet bonitaaaa, internet bonitaaaa...

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