lunes, 5 de mayo de 2008

Vade retro, Maleni!


Cuanto más lo pienso, menos lo entiendo. No sé si quizá en una vida anterior, o en un universo paralelo (en caso de existir, que nos hacen dudar ya hasta de nuestra sombra), los arandinos y ribereños debemos haber sido un pueblo extremadamente malvado y sanguinario, porque no puede ser que nos ocurran tantas cosas malas y nos traten tan mal desde las altas instituciones que supuestamente, y sin ningún remedio, nos gobiernan. Magdalena Álvarez, Maleni para los ‘amigos’ y fans, que no son pocos, ha sido ratificada, que no rectificada, en su puesto como ministra de Fomento. Se ha convertido en el máximo exponente de ministra de cuota, andaluza por supuesto. Es lo que tienen las ‘señoritas andaluzas’, que se las manda a Fomento en el Gobierno central para que dejen de poner las cosas patas arriba por el sur de España. El combustible está muy caro, y rellenar los depósitos de los aviones para que ‘Lady Aviaco’ pueda mantener su ritmo de viajes, pues no sale muy a cuenta de las arcas autonómicas andaluzas de Papá Chaves. Así pues, nuestra peculiar ‘verduga’ (con permiso de la RAE), vuelve a la carga, con ánimos renovados.

Ya no es solo que el futuro de nuestro ferrocarril esté más que nunca en la cuerda floja (con la Junta de Castilla y León aplaudiendo con las orejas y algo más por la situación de la que están siendo más que cómplices, con los ‘amigos’ Silván y Herrera a la cabeza); si ese fuese el único problema dependiente del Ministerio de Fomento nos podríamos dar con un canto en los dientes. Pero es el futuro del ferrocarril, del que depende en gran medida el despliegue industrial de Aranda de Duero; es la terminación de una vez por todas de la gran obra del Escorial que es la Autovía del Duero; es la puesta en funcionamiento del Aeropuerto de Villafría; es…

Esta señora, que se ha caracterizado por su gran prepotencia, su chulería, y la gran afición por hacer rodar cabezas en cuanto algo falla en su Ministerio (aquella máxima de ‘todos tienen la culpa menos yo, porque yo lo valgo’), es el mayor despropósito de ministra que ha habido en la historia de España. Ha sido la única ministra, o ministro, me es igual, que ha sido reprobada (que no aprobada) por un parlamento autonómico, y sigue en su puesto. Ahora será cuando salgan las típicas defensoras argumentando que nos metemos con Maleni por ser mujer, por ser andaluza, por ser X. Nada más lejos de la realidad. Esta ministra es la mayor desgracia que nos ha podido caer; las infraestructuras son lo que hacen que un país, una región, una localidad, progresen. Por tanto, por nuestro bien, vade retro, Maleni… ¡y que Dios nos pille confesados!

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